viernes, 8 de agosto de 2008

Enamorado estoy de...

Vaya una ciudad, vaya un mundo, amigos mios viajad todo lo que podaís, bendita resurrección la de los germanos, ellos abatidos tras la segunda guerra mundial y reconstruidos en una global multiculturalidad, de la que, como poco, envidia debería darnos.

Otras dos semanas allí, no serían suficientes para ver todo lo que os podeís encontrar. Mi queja se podría dirigir al hecho del insistente recuerdo a lo acaecido bajo el influjo de un fanático y sus seguidores (quién está mas loco, el loco o el loco que sigue al loco). Eso sí, es una ciudad grandiosa, modernizada hasta el mas mínimo detalle, me refiero a Berlín.

Durante una semana, por un módico precio, 26 euros y pico, puedes desplazarte por toda la ciudad, con un ticket de transporte publico, de forma cómoda y eficiente -muy alemán todo- a todos los rincones de la urbe berlinesa. En metro, tranvía (solo en la parte oriental) o autobus, puedes recorrer toda la ciudad (teniendo en cuenta los sectores A,B o C), puntualidad en extremo, hasta los autobuses que tienen que lidiar con el tráfico, hasta ellos son puntuales. Tráfico, es un decir, la restricción de vehículos, debido a la posible contaminación, hace que puedas encontrar aparcamiento en cualquier parte, he dicho cualquier parte de la ciudad.

El mejor medio de transporte es unir a ese "golden ticket", el uso de una magnífica bicicleta, que por un módico precio puedes alquilar, esta todo lleno de tiendas de bicis, aunque andando tambien llegas a cualquier sitio... Esto unido a un buen mapa, mejor que el mio, que lo dejé destrozadito al pobre, hace que puedas dominar la ciudad fantasticamente.

Teneís que tener en cuenta que el horario que tienen ellos, es completamente distinto al nuestro. Su jornada empieza a las 6:30 ó 7 y a las 17:00, ya han terminado su jornada laboral, ¿y ahora que? Pues terraza, calle, fumar, beber, por cierto todas las cervezas frias, supongo que por las temperaturas, eso sí, de medio litro... Museos, jardines, playas, mas jardines...

El tema de la comida, con tanta multiculturalidad, puedes elegir desde turco, italiano, español, griego, taiwanes, hasta aleman, que son de los menos, pero están. Lo normal es coger algo rápido (mayormente currywurst o kebap) y salir corriendo, su comida es a las 12 ó 13 y cenan a las 18 y a beber cerveza. Por cierto, la cerveza definitiva: Shamiclaus 14º.

Hay mil cosas por ver, mil cosas por hacer y momentos espectaculares. Podría contaros un montón, pero si quereís saber, me llamaís quedamos y os cuento que hacer, si es que os habeís decidido a ir. (murmullos inaudibles)...Mas bien es una treta, para aprovechar y volver... Me quedo con, dos momentos para cantar, el momento en el que cantamos en la cúpula de Reichtag y otro que cantamos en una entrada de metro en, si no recuerdo mal, Prenzlauer.

No acabo esta entrada sin mencionar a los magníficos compañeros de viaje que tuve, que me soportaron estoicamente y con los cuales disfruté, recordar a algunos que se quedarón que se lo hubieran pasado muy bien, otra vez será. Espero que muy pronto.

Besucos para todos.

1 comentario:

Thedarksunrise dijo...

Transporte público puntual?? Ains, eso existe?? Besisss